Por: Ulises Rodríguez

Justo hace rato le decía a un amigo que no pensaba ya publicar nada en este espacio con motivo de la semana santa. Por respeto a los lectores y porque, además, considero que lo último que las personas quieren ver durante su periodo vacacional son análisis de temas políticos, por más que debieran interesarnos. Sin embargo, la historia de Ismael Alonso Arellano Vargas me hizo cambiar de opinión y, considero, todos deberíamos voltear a verla.

Se trata del chofer de un camión cañero que, el pasado 29 de marzo atropelló a un ciclista en Tepic. Dicho evento fue una doble tragedia. Perdió la vida un hombre y perdió la libertad otro. Desconozco los detalles de la causa penal 708/ 2025 y no quisiera abordar hechos de los que no me constan, lo que sí me resulta evidente, es la doble medida que tiene la fiscalía para actuar y procurar justicia.

En la tierra de los latrocinios de Gabriel Camarena, donde el asesor jurídico del gobernador extorsiona a empresarios y políticos, donde despoja de terrenos en Bahía de Banderas; la tierra donde Javier Mercado y Mary Montoya amenazan a los ganaderos, pescadores y agricultores, donde se aprovechan de su poder para exprimirles hasta el último centavo que les puedan robar; en el mismo estado donde Diana López Zurita hace negocios al amparo del poder y donde cada vez pide más dinero por sus “moches”, afirmando que “el señor gobernador no es ningún limosnero para conformarse con tan poco”, sí, en la misma tierra de los Galván- Ponce y sus constantes saqueos al ayuntamiento de Tepic y el mismo estado donde permiten que personajes como Rito Galván y “El Kuare” no sólo no se les moleste ni por los robos durante sus administraciones o por el asesinato de Juan de Dios Muñiz, del que el expresidente municipal del Nayar es el principal sospechoso… en esa misma tierra, la fiscalía decide aplicar todo el peso de la ley a un chofer que, de manera accidental atropelló a un ciclista. Y no, el reclamo no es para que al chofer cañero lo cubra el mismo manto de impunidad que se ha hecho presente en otros casos similares, sino para que la justicia se pueda aplicar a cabalidad.

Nadie puede creer en una justicia real en nuestro estado cuando el propio fiscal es reiteradamente acusado de formar parte -como ejecutor- en las extorsiones que desde el poder público local se llevan a cabo. Nadie puede creer que la justicia es imparcial cuando, por ejemplo, sigue en libertad la señora que hace semanas le arrebató la vida a una joven motociclista por la avenida Gobernadores o cuando la muchacha que, alcoholizada, chocó a un taxi matando a la esposa del conductor y dejando a éste muy grave por el bulevar Tepic-Xalisco. La muchacha, presuntamente cercana a alguien perteneciente a grupos criminales de arraigo en Xalisco hoy goza de cabal impunidad.

La situación no tiene para cuándo terminar. No se le pueden pedir peras a los olmos y, pedirles a las autoridades de Nayarit una impartición de justicia apegada a derecho sería tanto como pedirle al mismísimo mocha orejas que luche contra el secuestro. Cosas que ocurren en Nayarit y a las que todos estamos expuestos.

ESCENA POSTCRÉDITOS: Está circulando la versión de que el fiscal, Petronilo Díaz Ponce, recurriría a la acción penal contra los cañeros que se han manifestado desde ayer para exigir un proceso justo para su compañero. Determinante, el también notario público insiste en que en nuestro estado se respeta el Estado de Derecho. No sé por qué me acordé de aquel posteo de Veytia cuando afirmaba que «Nayarit no era tierra de delincuentes» y bueno, la historia ya la conocemos. Igual que las declaraciones de Veytia, pongamos atención a las de don Petronilo, tal vez pronto nos sirvan para ironizar sobre su futuro.