El ° Poder
Por Rodrigo Aguilera✒📰
El pasado sábado, en Puerto Vallarta, no se llevó a cabo una simple reunión partidista. 🙅♂
Lo que ocurrió fue el nacimiento público de un nuevo liderazgo, la ratificación de una fuerza política cohesionada y el anuncio tácito de que Morena Sí en la región ha encontrado en Ra Aguilar al conductor que guiará su destino hacia el 2027 y más allá. 🚀🗓
Este evento, que bien podría considerarse el acto político más relevante del verano en la región, dejó mensajes innegables. El primero es la consolidación del nuevo Grupo Vallarta, ese mismo que fue determinante para la victoria de la coalición en el 2024 y que hoy emerge fortalecido, no solo por la lealtad de sus bases, sino por la adhesión de figuras clave de administraciones pasadas. 
Pero el mensaje más contundente fue la demostración de fuerza y unidad en torno a Ra Aguilar Estrada , un hombre cuya capacidad de convocatoria ya no puede ser cuestionada. No se trata solo de un empresario con influencia o un líder social con arraigo, sino de una figura política que ha logrado lo que pocos: reunir bajo un mismo propósito a los históricos, los actuales y los emergentes dentro de Morena. 
En ese salón, junto a Aguilar, estuvieron personalidades que representan la columna vertebral del morenismo en Jalisco. Carlos Lomelí, senador de la República y ex candidato a la gubernatura de Morena Jalisco , cuya presencia no es un mero acto protocolario, sino un respaldo explícito. Erika Pérez , presidenta estatal del partido, cuya asistencia confirma que el proyecto de Aguilar cuenta con el aval de la estructura nacional. Fabio Castellanos, diputado federal y uno de los pilares de Morena en Jalisco, cuya cercanía con Aguilar refuerza la idea de un liderazgo compartido pero con un solo rumbo. 
Las palabras de Ra Aguilar durante su intervención fueron claras: hoy Morena en Puerto Vallarta vive una fiesta de unidad, pero también de definiciones. No se trata solo de celebrar, sino de trabajar. No es solo un discurso de amor al pueblo, sino un compromiso con la transformación real de Jalisco. Y en ese camino, Aguilar dejó en claro que Puerto Vallarta no será un eslabón débil, sino un bastión. 
Pero más allá de los discursos, lo que quedó evidenciado fue la suma de voluntades. Melissa Madero
, candidata a la presidencia municipal y uno de los cuadros más prometedores de cara al 2027, estuvo ahí, confirmando su alineación con este nuevo proyecto. Cristina Granados, encargado de comunicación de Morena en la región, también presente, reforzando la idea de que la estrategia mediática estará alineada con este liderazgo. 
El sector empresarial y social tuvo su representación en Mario Rodríguez. También un nombre que empieza a sonar con fuerza en los círculos guindas:
Raul Blancas Preciado , ex candidato a diputación y símbolo del relevo generacional en Morena, también formó parte de este encuentro, dejando claro que las nuevas generaciones están dispuestas a sumarse a este proyecto. 
Los fundadores no podían faltar. Cecilio Lopez Fernandez , ex diputado y ex regidor, uno de los pilares históricos de Morena en la región, estuvo presente, dando su aval a este nuevo ciclo. Sara Mosqueda , ex regidora y figura con amplio reconocimiento en la base militante, también se sumó a este acto de unidad. 
El mensaje hacia los adversarios fue contundente. Morena en Puerto Vallarta no está dividida, no está debilitada. Al contrario, ha cerrado filas en torno a un liderazgo claro. Quienes apostaban por la fractura, quienes hicieron del oportunismo su bandera, recibieron una respuesta clara: las puertas no solo se cerraron en Morena, sino también en el Partido Verde y en el PT. �
La presencia de regidores como María Jesús López y Luis Escoto, así como de Benito Gutiérrez, ex mano derecha de Chuy Michel y ex candidato a síndico, confirma que incluso quienes antes orbitaban en otras esferas hoy reconocen en Ra Aguilar al líder que puede garantizar continuidad y fuerza.
**PAVOR ENTRE TRAIDORES Y CHAPULINES** 
El impacto de esta reunión trascendió los muros del Salón Imperial y causó auténtico pavor en los círculos políticos tradicionales de Vallarta.
Aquellos que durante años hicieron del transfuguismo su modus operandi, aquellos chapulines que saltaban de partido en partido según conveniencia, aquellos que confiaban en que Morena se fragmentaría después de la victoria, recibieron el viernes pasado un mensaje claro: las puertas del poder se les han cerrado para siempre. 
Apestados no solo en Morena, sino en toda la coalición gobernante. El Partido Verde y el PT, aliados naturales del proyecto transformador, han dejado claro que no habrá espacio para sus oportunismos. Además, no traen ningún capital político. Ocupan espacios por padrinazgos y traiciones. 
Este temor no es infundado. La contundente demostración de unidad Morena alrededor del equipo que capitanea Ra Aguilar y que tiene además a un gran director técnico, dejó al descubierto la debilidad de quienes pretendían capitalizar supuestas divisiones. 
El nuevo liderazgo morenista suma a fundadores a cuadros jóvenes, a operadores políticos y a todo el peso del Comité Estatal la Chapuliniza se quedó sin discurso y trató de ensuciar lo que fue otra demostración más de lo que viene. 
El mensaje para leales fue claro: en la nueva política no hay lugar para los que cambian de chaqueta según sople el viento. 
El pavor es particularmente visible entre ciertos grupos que, habiendo traicionado en el pasado al movimiento morenista, ahora ven cómo se consolida una estructura que ya no los necesita. 
Figuras que en otros momentos pretendieron ser interlocutores válidos hoy enfrentan una cruda realidad: Morena ha cerrado filas alrededor de un liderazgo fresco pero experimentado, que combina el arraigo social de Ra Aguilar con el respaldo institucional de pesos pesados como el senador Carlos Lomelí y el diputado Fabio Castellanos. 
Pero quizás lo más significativo es que este temor no solo proviene de la oposición tradicional, sino de aquellos que dentro de la propia izquierda pretendían capitalizar un eventual fracaso del proyecto morenista.
La presencia de regidores, ex candidatos, dirigentes sociales y hasta ex colaboradores de administraciones anteriores (como los ex funcionarios de Chuy Michel que ahora respaldan a Aguilar) envió una señal inequívoca: el barco de la Cuarta Transformación en Vallarta ya zarpó, y quienes no subieron a tiempo se quedaron en el muelle. 
El miedo ahora se transforma en desesperación para algunos. Con Melissa Madero ya proyectada como candidata natural para 2027, con el respaldo explícito de la estructura nacional y de figuras como Armando Ibarría, el nuevo Morena vallartense no solo llegó para quedarse, sino que viene a redefinir las reglas del juego político en la región. 
Los próximos meses serán cruciales, pero después de lo visto el sábado, una cosa es clara: mientras Ra Aguilar consolida su liderazgo con hechos y no solo con palabras, sus adversarios -los de afuera y los de adentro- seguirán sintiendo ese pavor que solo proviene el saber que el tren de la historia los está dejando atrás. 
El evento también fue testigo de la asistencia de otros nombres clave. El profesor Carlos Martínez, la también maestra y ex regidora María Elena Curiel, el ex tesorero municipal Joaquin Humberto Famanía Ortega , y el ex candidato a la presidencia municipal Ramón Ramon Ruelas Hernandez , quien aunque no pudo asistir físicamente, envió un mensaje de apoyo, dejaron claro que este movimiento no es efímero, sino un proyecto de largo aliento. 
Cheo Aréchiga, ex delegado de El Pitillal y anfitrión del evento en su Salón Imperial, fue otra de las piezas clave en la logística de este encuentro. Pepe Ríos, coordinador de afiliación del distrito, David De La Rosa Flores , ex delegado de Ixtapa y ex regidor, y Chuy Aguilar, representante del Partido Verde, completaron un mosaico de alianzas que refuerzan la idea de un frente amplio y sólido. 
Lo que ocurrió el sábado no fue una simple reunión. Fue la declaración de un nuevo orden político en Puerto Vallarta y el Distrito 5. Ra Aguilar ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad. Su liderazgo, respaldado por históricos, actuales y emergentes, tiene un solo objetivo: consolidar a Morena como la fuerza hegemónica en la región.
