Laika, la pequeña perrita callejera de Moscú, fue lanzada al espacio en el Sputnik 2 el 3 de noviembre de 1957, su verdadero nombre era Kudrjavka, pero el mundo la conoció como Laika, la pequeña ladradora, fue elegida por su calma y resistencia, pero nunca tuvo la oportunidad de regresar a casa.

La cápsula estaba diseñada para mantenerla viva durante un corto período, pero no había plan de regreso, Laika dio 2.570 vueltas al planeta antes de que la cápsula se quemara al reingresar a la atmósfera, su historia nos recuerda que el progreso y los logros científicos pueden tener un costo humano y ético.

Laika se convirtió en un símbolo de la exploración espacial, pero también de la necesidad de cuestionar y reflexionar sobre el impacto de nuestras acciones en los seres vivos. Su legado nos invita a considerar la ética y la compasión en la búsqueda del conocimiento y el avance tecnológico.

Laika no será olvidada.

Créditos Amilcar Dorantes Nieto