Hace unos días, la periodista Karina Cancino, corresponsal en Nayarit del noticiero de Carmen Aristegui dio a conocer la noticia de la próxima liberación de Edgar Veytia. El exfiscal que declaró en una corte de Estados Unidos haber trabajado con cárteles del crimen organizado y se responsabilizó de asesinatos, desapariciones y toda clase de delitos, quedará libre el próximo 10 de marzo del 2025, según la Oficina Federal de Prisiones de Estados Unidos y gracias a su colaboración en los casos contra Genaro García Luna y Salvador Cienfuegos.

La liberación de Edgar Veytia es un asunto relevante, sí, pero no trascendente, desde mi punto de vista. A decir verdad, no ha cambiado mucho desde marzo del 2017, cuando fue detenido en Estados Unidos al intentar cruzar la frontera -o al menos, esa fue la versión oficial de su detención-. Me explico el por qué: desde la detención del exfiscal, poco ha cambiado en Nayarit. Tal vez ya no hay una policía Nayarit integrada por elementos encapuchados, sin nombres ni números de patrullas para poder identificarlos, pero sigue habiendo abusos. Los elementos dependientes de la fiscalía no han estado exentos de acusaciones de desaparición forzada, de protección a criminales y de toda clase de fabricación de delitos, como hace poco pudimos observarlo en el caso de las autoridades auxiliares de Camichín de Jauja. El fiscal Petronilo Díaz Ponce Medrano no es más respetable de lo que fue Edgar Veytia, si acaso, la única diferencia es que el actual titular de la fiscalía no pone sobre su escritorio una pistola cargada para intimidar, sino una carpeta de investigación. Por lo demás, me parece que no hay gran diferencia.

Si alguna duda existe todavía del uso faccioso, ilegal y criminal que tiene la Fiscalía General del Estado, misma que sigue siendo, como en tiempos de Veytia, un nido de delincuentes dedicados al despojo, la extorsión y la persecución de adversarios políticos, críticos del régimen y empresarios a los que puedan quitar bienes, valdría la pena releer lo publicado en sus redes sociales por el magistrado en exilio, Rodrigo Benítez Pérez, delincuente también que admite en dichas narraciones no sólo su participación en actos de corrupción sino la forma en la que la mafia del poder local integrada por Diana López Zurita, Gabriel Camarena y Javier Mercado se han adueñado de la fiscalía para sus fines políticos, económicos y delictivos.

Considero que no debe preocuparnos que la salida de Veytia de la cárcel cambie la dinámica en el tema de las desapariciones forzadas en Nayarit. Sí, seguramente Veytia tiene mucha información al respecto, pero ¡seamos francos! ¿quién se la va a exigir en Nayarit? Veytia patrocinó en algún momento a más de la mitad de la actual clase política. Entre los políticos que se beneficiaron de sus favores están no sólo el gobernador Navarro Quintero, sino su secretario particular, Javier Mercado, quien accedió a la candidatura del PAN en 2017 a petición expresa del entonces poderoso fiscal; el actual alcalde de Bahía de Banderas, cercanísimo a los afectos de Diana López Zurita, un senador de la república y muchísimos funcionarios y operadores políticos vinculados al sandovalismo pero que mantuvieron sus fueros durante la administración de Toño Echevarría y lo hacen también con el Dr. Navarro Quintero. Roberto Sandoval está preso sí, igual que Carlos Saldate, pero las mafias a las que pertenecieron siguen gozando de cabal salud pese a lo que algunos voceros de que todo está mejor ahora pretendan hacernos creer.

En resumen, la liberación de Edgar Veytia no es un tema que deba preocuparnos. Hace 8 años detuvieron al diablo, pero los nayaritas no hemos dejado de vivir en el mismo infierno. Lo que me preocupa, eso sí, más por morbo que por otra cosa, es que, si Veytia regresara a Nayarit, ¿cuánto tiempo tardaría en ser despojado por Gabriel Camarena? Imaginen ustedes las mañaneras del fiscal diciendo que ya están haciendo justicia, mientras el subfiscal propone tratos donde desaparezcan acusaciones a cambio de dinero en efectivo o propiedades que luego Diana López Zurita se encargará de reclamar. Cuando Veytia conozca a estos muchachos vecinos de la ciudad de México, no sólo quedaría con una mano atrás y otra adelante, sino que podría sentirse orgulloso de lo bien que perfeccionaron sus prácticas. A nosotros, los ciudadanos, eso ni nos perjudica ni nos beneficia ¡Total! En Nayarit, al ladrón que roba ladrón, es muy posible que termine en el gobierno de la cuarta transformación.

ESCENA POSTCRÉDITOS: Hace unas horas, el fiscal Petronilo Díaz Ponce Medrano acaba de señalar que la muchacha responsable del accidente, este fin de semana, donde una mujer perdió la vida, simplemente se les escapó por un descuido. Los ciudadanos sabemos bien lo que eso significa: por una cuestión de semántica, la joven o algún familiar cercano está bien relacionada con algún político local de cierto peso o con un criminal de los que operan en contubernio con el gobierno. Cada vez es más difícil diferenciar entre unos y otros.