Por: Ulises Rodríguez

Desde el 2011, desde palacio de gobierno se ha tratado de instalar la narrativa de que son los trabajadores los culpables del deterioro sostenido de las finanzas públicas. Nada más erróneo que eso. Lo que ha quebrantado financieramente al estado son los constantes latrocinios que, sin respetar militancia política ni género, han saqueado sin piedad el recurso que debería destinarse para la compra de medicamentos en los hospitales, para garantizar el pago y las prestaciones de los trabajadores, para la construcción de obra pública y para cubrir las enormes necesidades que existen en Nayarit. Desde luego, eso no les interesa.

Ellos, quienes han integrado la mafia del poder en sus diferentes momentos, solo están interesados en mantener sus privilegios y en saquear hasta el último centavo a nuestro estado. Una de mis fuentes cercanas al grupo gobernante me platicó, a propósito del enérgico anuncio hecho por el gobernador Navarro Quintero en el sentido de que no permitiría el despilfarro ni el derroche entre sus funcionarios que, entre Diana López, Javier Mercado y Gabriel Camarena, existe una mezquina apuesta donde el que menos dinero obtiene de los negocios hechos al amparo del poder les invita una comida a los otros en el restaurante de su preferencia. La simple suposición de que esto sea real revuelve el estómago. El cinismo que han mostrado, sin embargo, deja poco espacio para la duda.

EL PEOR GOBIERNO PARA LA CLASE TRABAJADORA

Estoy convencido de que el encono que siente el doctor Navarro respecto de la clase trabajadora y, de manera particular con los que pertenecen a alguna de las principales organizaciones sindicales en el estado, tiene su génesis en el respaldo que éstas brindaron a la campaña de Ney González en 2005. No se equivocaba el maestro Daniel Cosío Villegas cuando afirmaba que para saber qué motiva a un gobernante debemos escudriñar en su historia personal, conocer sus fobias, sus motivaciones. La embestida hacia los trabajadores no es por razones de Estado como tanto se dijo en el discurso oficialista, mucho menos por mantener la viabilidad financiera, sino por un encono casi personal del gobernador con quienes votaron en su contra en 2005, encono que encontró un terreno fértil desde el 2021, con un poder judicial y un legislativo tan sumisos como cómplices, con dirigentes sindicales y actores políticos opositores reducidos a punta de carpetas de investigación y con una sociedad temerosa de un gobierno corrupto y represor.

Las reformas laborales impuestas por el doctor Navarro, operadas por Gabriel Camarena y aprobadas por la mayoría de la XXXIII legislatura significaron el más duro golpe a los derechos laborales en Nayarit. Hasta el día de hoy, miles de trabajadores litigan en tribunales la pérdida sus derechos ya ganados al paso de los años y que, algunos de ellos -ya mayores de edad y enfermos- murieron esperando verlos restituidos no sólo por una cuestión económica, sino por dignidad. No deja ser irónico que esto haya ocurrido durante el gobierno de un hombre que goza desde hace años de una pensión bastante cuestionable.

Hoy marcharon los universitarios, esos que tan golpeados han sido desde hace años por los diferentes gobiernos estatales. Las cosas no han cambiado para los trabajadores de la universidad ni porque uno “de los suyos” dirige el destino del estado y no cambiarán porque sus dirigentes sindicales son cobardes, maniqueos y corruptos, porque tienen una rectora más preocupada por defender los intereses de Daniel Maldonado que a la propia Universidad o a los universitarios -alumnos y trabajadores-. Nunca sacará la casta mientras sobre la cabeza del exdirigente de FEUAN pendan, como la espada de Damocles, las carpetas de investigación por desvíos de recursos. Esa es la razón de la docilidad y el entreguismo en la universidad.

Hoy marcharon también los trabajadores del sector salud, los que laboran con incertidumbre jurídica a propósito de sus condiciones laborales y los que no tienen insumos para atender a los pacientes que solicitan ayuda. Los que escuchan con azoro los discursos triunfalistas en el sentido de que Nayarit es un modelo nacional de atención médica mientras en los hospitales tienen meses sin reactivos para realizar análisis, sin medicamentos y sin los instrumentos que garanticen un mínimo de atención. Una situación inesperada, si consideramos que es el gobierno del que por muchos es considerado el mejor secretario de salud que haya tenido el estado en los últimos años y de un especialista en salud pública. Las ironías en Nayarit nunca terminan.

Marcharon, de igual manera los maestros a los que se les deben prestaciones y que tan golpeados han sido por esta administración. Los que piden un alto al hostigamiento, los que están hartos de ser considerados enemigos de la educación y a quienes se les ve más como botín electoral que como el verdadero motor de la educación en nuestra entidad.

Asistieron también los burócratas, los trabajadores del Conalep, los abogados que han defendido a la clase trabajadora, asistieron pues, los sectores más agraviados por un gobierno que sostiene que “ha lastimado los intereses de los grupos de poder” mientras sostiene a mafiosos como Diana, Camarena y Mercado a un lado.

No, el problema de Nayarit no son los trabajadores, es la corrupción. Los trabajadores han sido pieza fundamental en el engranaje que ha desarrollado al estado, los que le han dado viabilidad, los corruptos que hoy nos gobiernan, en cambio, son tan solo aves de paso que, por fortuna, dentro de tres años, pasarán como otros tantos, al basurero de la historia.

ESCENA POSTCRÉDITOS: Los Galván- Ponce son un todo un caso. Tengo semanas queriendo escribir un artículo sobre el manejo corrupto que le han dado a la adjudicación de obra pública y sobre sus contratistas favoritos, sin embargo, por una u otra razón, no he podido hacerlo. Espero ponerme al corriente en estos días. Lo que sí, es que estoy convencido de que los tepiqueños estamos como las jericallas, “a dos fuegos”. Son tan corruptos en el estado como en el municipio. La única diferencia, tal vez, radica en el que el aparato de prensa estatal tiene instrucciones de exhibir en todo al gobierno de Geraldine Ponce, pese al acuerdo que ambas partes sostienen de cara al 2027 y en cambio, del o que hace el gobierno estatal, somos contados los que decidimos alzar la voz. En todo caso, espero esta semana poder ofrecerles dicho artículo.