Por: Von Herr Doktor

La celebración de la pasada marcha del 8M (Día Internacional de las Mujeres), vino a poner en entredicho la cuestión de cuánto y en qué medida la 4T está ausente de algunas de las principales luchas de las mujeres en nuestro país, habida cuenta de que Palacio Nacional fue blindado desde antes del pasado fin de semana para, de acuerdo con la presidente, “evitar que (grupos extremistas) incendiaran el portón central”.

Lo real es que la 4T es una facción de izquierda que en realidad tiene escasa sensibilidad con los problemas de las mujeres o al menos eso fue lo que quedó claro durante la pasada administración de los años 2018 a 2024, donde incrementaron las cifras de feminicidios, violaciones, torturas, secuestros y desapariciones, incluidas en menores de edad.

Ante ello, la presidente Claudia Sheinbaum Pardo afronta el grave dilema de seguir consecuentando toda la misoginia que le heredó su antecesor -y con ello no me refiero a las políticas de paridad en su partido para cuestiones electorales- sino al desprecio, la desatención y la falta de cuidados y protección que las mujeres siguen teniendo de manera mayoritaria en el país.

Algo intenta hacer la presidente Sheinbaum Pardo quien a partir del pasado sábado propuso (en sus afanes por deshacerse de los pesados lastres que en esa materia le legó Andrés Manuel), revivir las guarderías que ahora serían operadas por el gobierno, además de la construcción de 200 centros de educación y cuidado infantil para madres trabajadoras con la finalidad de que sus hijos puedan quedarse a resguardo mientras ellas trabajan.

Entre los deseos presidenciales destaca además el hecho de incorporarlas a todas al Instituto Mexicano del Seguro Social, establecer 24 efemérides relacionadas con la mujer y la entrega de 150 mil títulos agrarios, entre otros, además del reparto de millones de cartillas de derechos femeninos, la integración de la Red Nacional de Trabajadoras de la Patria, la pensión Bienestar, el reconocimiento permanente a las mujeres de pueblos originarios y afrodescendiente, programas de vivienda de mujeres propietarias y la generación de foros y consultas para concretar reforma contra la violencia.

Esa jornada del pasado 8 de marzo, la presidente se reunió con 300 mujeres en el interior de Palacio Nacional a las que reconoció por su trayectoria empeño y capacidades en distintos destacados rubros a nivel nacional, pero se olvidó de las otras miles de ellas que desfilaron desde distintos puntos de la capital de la República para manifestar su rechazo ante la creciente suma de agravios a que ellas son sometidas en la vida diaria.

Las cifras

Sin embargo, la realidad persiste en México, ya que 22 millones de mujeres se encuentran fuera del mercado laboral, 3.8 millones no cuentan con oportuniudades trabajo ni estudio; 40 por ciento tienen hasta 4 hijos mientras que 80 por ciento de las trabajadoras no tiene un salario digno, acorde con cifras recogidas por el reporte de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza (ACFP).