Por: Ulises Rodríguez

Su nombre suele salir a relucir cada vez que se habla de actos de corrupción cometidos al amparo del poder en Nayarit. Juega el mismo rol en la presente administración que Hugo Sánchez Sandoval en los tiempos en los que su tío, el exgobernador Roberto Sandoval Castañeda le pedía hacerse cargo de las adjudicaciones de obra pública y los respectivos “moches” a cambio de favorecer a determinadas empresas constructoras. De Sánchez Sandoval poco se sabía, guardaba un perfil más bien bajo, aunque su involucramiento en casos de corrupción era conocido por buena parte de la sociedad nayarita. Al menos, ese sector de la población que siempre tiene acceso a la información de lo que ocurre en el entorno político. Su nombre es Diana López Zurita y, según su currículum, publicado en la página oficial del gobierno del estado, cuenta con dos licenciaturas, una en planificación para el desarrollo agropecuario, por la Universidad Nacional de México y otra en administración, obtenida en la Universidad del Valle de México. Sus datos académicos no terminan allí: también cuenta con una maestría en administración de recursos humanos por la Universidad de Londres. Tal vez sea gracias a este último grado académico que López Zurita ha impuesto que, al referirse a ella, se le mencione como “la maestra”. Hugo Sánchez Sandoval murió acribillado la misma tarde en que su tío entregó el gobierno del estado a Antonio Echevarría García, el 19 de septiembre del 2017. Un comando le quitó la vida mientras se dirigía a Guadalajara, presuntamente para acompañar a su tío, ya exgobernador para esas horas.

A López Zurita eso no le preocupa y qué bueno que sea así. La mujer no escatima en esos exhibicionismos que tanto molestan al gobernador Navarro Quintero y que, reducido ante ella, no le puede reprochar. Apenas atina el mandatario a lamentarse de ese comportamiento y a musitar con resignación que no puede hacer nada tratándose de “ellos”, para referirse no sólo a Diana, sino a Gabriel Camarena y los funcionarios que han puesto estratégicamente en diferentes instituciones para favorecer sus negocios.

Su currículum también lo dice, pero lo explican mejor quienes la conocieron y supieron de su aterrizaje en el equipo del gobernador Navarro Quintero. Erróneamente, el que esto escribe, atribuía su presencia en nuestro estado al grupo conocido como “la mafia del Huachicol”, que financió buena parte de la campaña del doctor Navarro. Funcionarios en ejercicio y exfuncionarios cercanos al mandatario cuyos nombres me reservo por obvias razones me corrigen en mi apreciación.

-No, a ella no la mandan los Carmona, que en realidad no tuvieron tiempo de mandar a nadie. Ella fue el contacto con ellos para la financiación, pero Diana estaba en el equipo del doctor desde que éste era senador. O sea, desde antes. Ella era cabildera en la cámara de diputados y Adán Augusto López, que todavía no llegaba a gobernación, la recomendó con el doctor. Le gustó su forma de operar, igual que la de Camarena y de allí los adoptó como sus asesores de mayor confianza- me dice una de mis fuentes.

Hace tiempo, un perfil falso me hizo llegar unas fotografías donde la citada funcionaria aparecía en situaciones privadas en un bar. En ese entonces, le dije a quien se encontrara detrás de ese perfil de Facebook que no me resultaba de interés dicho material pues tenía que ver con la vida privada de la señora y, desde mi punto de vista, cada uno puede hacer con su tiempo libre lo que mejor le parezca, incluidos los funcionarios, siempre y cuando esto no signifique ningún daño a los ciudadanos, pues allí se convierte en un tema de interés general. Las fotos, esa misma noche se hicieron públicas a través de varias páginas de esas que hacen denuncias sobre funcionarios, pero que no tienen el valor de firmar sus dichos.
En estos lugares, por cierto, es común encontrarla cantando a todo pulmón la canción “ese hombre es mío” y gritar con igual intensidad el nombre de un alcalde sureño al que impuso en la presidencia municipal para hacer negocios desde allí, una tarea en la que aparentemente les va muy bien a ambos y a su equipo.

Diana López Zurita debe ser un personaje muy peculiar. Nadie objeta su poder ni su influencia. Cuando mencionan su nombre, lo hacen con una especie de temor pues se conocen su frialdad y su impulsividad.

-No se la piensa para sacar del camino a alguien que le estorbe- me afirman dos excompañeros de gabinete que la conocen bien.

Sin embargo, esto no ha impedido que, en cada gira presidencial, ella ocupe un lugar privilegiado en la comitiva que acompaña a al gobernador Navarro y a Claudia Sheinbaum. Fotografías que comprueban mi dicho sobran. Cuando Diana López Zurita abandone Nayarit en el ocaso de la presente administración, nadie recordará algo bueno que haya hecho por nuestro estado. Pocos tal vez recuerden sus dos columnas en “El Heraldo” -la cadena cuya concesión ayudó a negociar en Nayarit como uno más de los medios al servicio del gobierno, mismos que le otorgan un espacio para publicar sus opiniones sobre empoderamiento femenino como gratitud por sus servicios-, muchos seguramente recordarán su influencia y el control férreo que ejerció en la fiscalía del estado a través del subfiscal Daniel Araujo, lo que sí recordaremos todos los que hemos escuchado de ella, serán los latrocinios y actos de corrupción cometidos por ella con la complacencia de un gobernador que jura preferir “ser gobernador por un día y no títere por seis años”. Esperemos salir con vida el sexenio y poder constatar si el tiempo nos da la razón como hasta ahora lo ha hecho. Lo que no se nombra no existe y, el ánimo del presente texto es colaborar para que, sus próximas víctimas, al menos sepan algo de la mujer que les está solicitando millonarias cantidades de dinero a cambio de hacer negocios con el gobierno del que ella se cree dueña… y en buena medida lo es.

ESCENA POSTCRÉDITOS: Otro de los mentores del doctor Navarro ha acaparado la atención del país. Pedro Haces Barba, en funciones de diputado local, parece empecinado en darse a notar como mecanismo para saciar sus complejos. Los viajes en helicóptero acompañado de Ricardo Monreal, el rancho de 8 hectáreas para el Ajusco, recientemente expuesto por Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad, los relojes de 6 millones de pesos y la lealtad de buena parte de los gobernadores en ejercicio, sin importar del partido que sean. Sin lugar a dudas, los jóvenes que roban partes de autos hoy deben tener una estampita con la fotografía del líder sindical más importante del país en quien pueden encontrar genuina fuente de inspiración. Si Colombia tuvo su Pablo Escobar, nosotros hoy tenemos un Pedro Haces.